Bombardeo en La Moneda.
La dictadura fue un proceso muy complejo en la historia de Chile. El entonces Jefe del Ejército, Augusto Pinochet, irrumpió violentamente el 11 de septiembre de 1973, bombardeando con aviones el Palacio de la Moneda. De esta manera, el poder fue asumido por una Junta Militar de Gobierno, que nombró a Pinochet Presidente de la República. Salvador Allende, en tanto, luego de un gran y elocuente discurso político- social a la ciudadanía... "Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor" (www.rebelion.org), se quitó la vida de un disparo en la boca, en el Palacio de la Moneda.
Con Augusto Pinochet en el poder
(1973-1990), el sistema democrático no funcionó con normalidad. El Congreso Nacional, por ejemplo, que era un espacio para el debate ciudadano,
fue disuelto.
De esta manera, se consolida lo que se llama Golpe de Estado, o lo opuesto a la democracia. La democracia busca la participación ciudadana
y permite a la población de un país elegir a sus gobernantes, mediante votaciones. La dictadura, en cambio, no pide la opinión de los ciudadanos e impone
por la fuerza a una persona (o a un pequeño grupo de personas) en el poder.
Durante este período, Chile sufrió una importante transformación
económica, política y social. Paralelamente se sucedieron sistemáticas
violaciones a los derechos humanos que dejaron profundas secuelas en la
sociedad chilena. principios fundamentales: continuar el modelo económico;
poner en marcha las instituciones democráticas; promover la justicia social y
lograr la reconciliación nacional.
Así las cosas, Chile vivió durante 17 años bajo una dictadura sin
precedentes, que dejó huellas emocionales, no sólo para cada uno de los
chilenos que experimentó dicho proceso, sino para Chile como país latinoamericano.
La economía en la Dictadura.
En la economía social de mercado el Estado no es el propietario de los
medios de producción, sino que estos quedan en manos de los privados. La base
teórica de esta tendencia fue un texto conocido como El ladrillo, en el cual
los economistas que habían estudiado en la Universidad de Chicago, Estados
Unidos, como Alvaro Bardón, Pablo Barahona y Sergio de Castro (los llamados
“Chicago Boys”), luego de analizar la situación del país, proponían este modelo
económico.
Por tanto, se cambió la moneda de escudo a peso, se establecieron bajos
aranceles para la importación y exportación de productos no tradicionales, se
mantuvo un dólar fijo equivalente a 39 pesos y se incentivó la inversión de
capitales extranjeros. Además, se terminó con la Reforma Agraria y se privatizaron
numerosas empresas estatales importantes, aunque la Corporación del Cobre,
Codelco, siguió en manos del Estado.
Por otra parte, aumentaron los gastos en defensa, sueldos y beneficios
de las Fuerzas Armadas y servicios secretos. Una ley determinó que se iba a
destinar el 10 por ciento de las utilidades anuales, producto de las
exportaciones de cobre, a la compra de armas.
El gasto en salud, vivienda e infraestructura (como la construcción de
caminos, por ejemplo) disminuyó notablemente en los primeros años del régimen
militar.
La economía en crisis.
En 1982, La economía tambaleaba. La deuda ascendía a 16.000 millones de
dólares. Esta situación, atribuida por el régimen militar a una recesión o
crisis mundial, fue agravada por el exceso de libertad económica y la
mantención del dólar fijo, que favorecía a los importadores, pero no a los
exportadores.
Para enfrentar la crisis, se terminó con la fijación del dólar, lo que
afectó a todos quienes tenían deudas en esa moneda, pues estas aumentaron
fuertemente. Alrededor de 450 empresas quebraron y el desempleo llegó al 30 por
ciento, aproximadamente.
El Estado tuvo que intervenir en 1983, absorbiendo las deudas de algunas
empresas, pero sobre todo de varios bancos importantes quebrados.
Fuera
de este difícil momento, los últimos años del régimen militar dejaron una
economía sólida y con proyecciones de desarrollo. Se produjo la diversificación
de la economía al exportar productos diferentes a los tradicionales y
competitivos en el mercado internacional. Además, se reforzó la modernización
del Estado, privatizando no solo empresas estatales, sino que también los servicios sociales, de la salud y de la
educación.
www.icarito.cl
www.bbc.com
Uno de los momentos más conmovedores de nuestra historia, fue ese enorme estallido que quebró definitivamente los cimientos para construir participación ciudadana con diálogo y sin armas. No sólo son imágenes violentas, sino tan potentes que, nosotros como niños y nuevas generaciones, nos impacta. Aquí, se maniobró un desenlace para disolver ideas constructivas y aplacar a seres humanos que pensaban distinto. El uso del poder desmedido, fue una forma precaria para resolver conflictos. Un poder desleal y violento. Quizás, como niños, esperaríamos buscar maneras que no fueran combativas. Era posible pedir que el pueblo se manifestara a través de una consulta ciudadana… por qué no se hizo? Por qué no se permitió que la historia se escribiera de otra manera?
A nadie le corresponde quitarle la libertad a otra persona; nadie puede
permitir que sus derechos sean vulnerados, nadie debe ser torturado, ni
aniquilado. Las armas tenían, al parecer, un lenguaje propio que negaba
definitivamente a miles de chilenos la
posibilidad de seguir existiendo. Y lo más grave, no sólo fue la sistemática violación
a los Derechos Humanos, los detenidos desaparecidos, las torturas, ni el
exilio, sino la nula capacidad de Pinochet de reconocer que su poder
totalitario, propiciaba dolor, separación, odio, destrucción y la
desesperanza para un país que hoy recuerda una época azotada por
el desencanto. Esta frase señalada para la revista Qué Pasa, el 24 de abril de 1986, refleja la profunda ignorancia y crueldad con la que Pinochet instala su discurso dictatorial: "Tengo la cara agria,por eso tal vez dicen que soy un dictador".
Habían otras formas de escribir la historia, por qué se prefirió la sombra y la oscuridad?
NVR Historiadores
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